If you can keep your head when all about you Are losing theirs and blaming it on you, If you can trust yourself when all men doubt you, But make allowance for their doubting too; If you can wait and not be tired by waiting, Or being lied about, don't deal in lies, Or being hated, don't give way to hating, And yet don't look too good, nor talk too wise: If you can dream - and not make dreams your master; If you can think - and not make thoughts your aim; If you can meet with Triumph and Disaster And treat those two impostors just the same; If you can bear to hear the truth you've spoken Twisted by knaves to make a trap for fools, Or watch the things you gave your life to, broken, And stoop and build 'em up with worn-out tools: If you can make one heap of all your winnings And risk it on one turn of pitch-and-toss, And lose, and start again at your beginnings And never breathe a word about your loss; If you can force your heart and nerve and sinew To serve your turn long after they are gone, And so hold on when there is nothing in you Except the Will which says to them: 'Hold on!' If you can talk with crowds and keep your virtue, ' Or walk with Kings - nor lose the common touch, if neither foes nor loving friends can hurt you, If all men count with you, but none too much; If you can fill the unforgiving minute With sixty seconds' worth of distance run, Yours is the Earth and everything that's in it, And - which is more - you'll be a Man, my son! If - Rudyard Kipling
AnonymeIl y a 7 ans

If you can keep your head when all about you
Are losing theirs and blaming it on you,
If you can trust yourself when all men doubt you,
But make allowance for their doubting too;
If you can wait and not be tired by waiting,
Or being lied about, don't deal in lies,
Or being hated, don't give way to hating,
And yet don't look too good, nor talk too wise:

If you can dream - and not make dreams your master;
If you can think - and not
make thoughts your aim;
If you can meet with Triumph and Disaster
And treat those two impostors just the same;
If you can bear to hear the truth you've spoken
Twisted by knaves to make a trap for fools,
Or watch the things you gave your life to, broken,
And stoop and build 'em up with worn-out tools:

If you can make one heap of all your winnings
And risk it on one turn of pitch-and-toss,
And lose, and start again at your beginnings
And never breathe a word about your loss;
If you can force your heart and nerve and sinew
To serve your turn long after they are gone,
And so hold on when there is nothing in you
Except the Will which says to them: 'Hold on!'

If you can talk with crowds and keep your virtue,
' Or walk with Kings - nor lose the common touch,
if neither foes nor loving friends can hurt you,
If all men count with you, but none too much;
If you can fill the unforgiving minute
With sixty seconds' worth of distance run,
Yours is the Earth and everything that's in it,
And - which is more - you'll be a Man, my son!

If - Rudyard Kipling

<3 <3 Je crois que c'est un de mes poèmes préférés (même si à l'école j'avais appris la version française).
Isa Il y a 7 ans

<3 <3
Je crois que c'est un de mes poèmes préférés (même si à l'école j'avais appris la version française).

Je crois qu'on l'a tous appris en version française mais je préfère l'original. Et ça fait du bien de le relire en ce moment.
AnonymeIl y a 7 ans

Je crois qu'on l'a tous appris en version française mais je préfère l'original. Et ça fait du bien de le relire en ce moment.

https://twitter.com/brian_bilston/status/712696517698723841/photo/1?ref_src=twsrc%5Et je le préfère de bas en haut
Eléa Il y a 7 ans


https://twitter.com/brian_bilston/status/712696517698723841/photo/1?ref_src=twsrc%5Et

je le préfère de bas en haut

Tanka L'autobus arrive Un zazou à chapeau monte Un heurt il y a Plus tard devant Saint-Lazare Il est question d'un bouton ------------------------------------ Métaphoriquement Au centre du jour, jeté dans le tas des sardines voyageuses d'un coléoptère à l'abdomen blanchâtre, un poulet au grand cou déplumé harangua soudain l'une, paisible, d'entre elles et son langage se déploya dans les airs, humide d'une protestation. Puis, attiré par un vide, l'oisillon s'y précipité. Dans un morne désert urbain, je le revis le jour même se faisant moucher l'arrogance pour un quelconque bouton. Exercices de style - Raymond Queneau
AnonymeIl y a 7 ans

Tanka

L'autobus arrive
Un zazou à chapeau monte
Un heurt il y a
Plus tard devant Saint-Lazare
Il est question d'un bouton

------------------------------------

Métaphoriquement

Au centre du jour, jeté dans le tas des sardines voyageuses d'un coléoptère à l'abdomen blanchâtre, un poulet au grand cou déplumé harangua soudain l'une, paisible, d'entre elles et son langage se déploya dans les airs, humide d'une protestation. Puis, attiré par un vide, l'oisillon s'y précipité.
Dans un morne désert urbain, je le revis le jour même se faisant moucher l'arrogance pour un quelconque bouton.

Exercices de style - Raymond Queneau

c'est le pluriel de quenelle?
Maitre Kaio Il y a 7 ans

c'est le pluriel de quenelle?

:D
AnonymeIl y a 7 ans

Vous allez voir ce que vous allez voir Une fille nue nage dans la mer Un homme barbu marche sur l'eau Où est la merveille des merveilles Le miracle annoncé plus haut ? Jacques Prévert
AnonymeIl y a 7 ans




Vous allez voir ce que vous allez voir

Une fille nue nage dans la mer
Un homme barbu marche sur l'eau
Où est la merveille des merveilles
Le miracle annoncé plus haut ?

Jacques Prévert


Requiem por Federico. Lo mataron en Granada, una tarde de verano y todo el cielo gitano recibió la puñalada... Sangre en verso derramada, poesía dulce y roja que toda la vega moja en amargo desconsuelo «sin paño de terciopelo ni cáliz que la recoja». (Por cielos de ceniza se va el poeta; la frente se le riza como veleta. Toda Granada es una plazoleta deshabitada) «Por el olivar venían, bronce y sueño, los gitanos». En la palma de sus manos como un niño lo traían... Las mujeres se partían los volantes de la enagua, y el Darro bailaba el agua en amargo soniquete que sonaba a martinete y a cante grande de fragua... (¡Encended los faroles; romped el velo; bailar por "caracoles", que viene el duelo! ¡Como una espada, llevadlo, así, entre "oles" por su Granada) Dónde vas tú buen amigo quédate aquí con nosotros; están soltando los potros junto a lo verde del trigo... Están soñando contigo borrachos de calentura, los toritos de miura sedientos de primavera y hay una boca que espera morderte labio y cintura... (Desnúdate deprisa, que vengo herido; quédate con la risa como vestido... Quiero beberte y que luego dormido venga la muerte...) «Rosa de los Camborios gime sentada a la puerta» medio viva y medio muerta entre paños mortuorios. A la luz de los velorios, con pena de jazmín chico, muestra sus pechos helados, heridos y acuchillados lo mismo que Federico. (¡Que doble, bronce y plata, la Vela, Vela, que se ha muerto la nata de la canela! Mi bien amado de limón y ciruela va amortajado...) «Hijo, ¡hijo con un cuchillito que apenas cabe en la mano», de tu romance gitano cortaron la flor del grito! ¡Ay, qué dolor infinito de pedernal y de rosa; voy y vengo como loca sin que consolarme pueda porque ni un hijo me queda para llevarme a la boca! (Aquel traje de pana que se ponía... Aquella faja grana que se ceñía... ¡Tanto cuidarlo, y una flor de canana para matarlo!). (¡A la nana, mi niño, que es madrugada...! ¡A la nana, mi niño, flor de Granada! ¡Si yo pudiera quedarme embarazada yo te pariera!) «Antonio Torres Heredia Camborio de dura crin», llora al filo de la media noche por el Albaicín... Suena la voz de un muecín delgada como una fuente, y por el aire de oriente baja, una paloma alada, para besarle la frente al poeta de Granada... (¿A dónde vas, amigo, con tu secreto? Te llevarás contigo flor y soneto... ¡Cómo gemía, cómo gemía dentro de su esqueleto la poesía!) Rafael de León titulado
Eléa Il y a 7 ans

Requiem por Federico.

Lo mataron en Granada,
una tarde de verano
y todo el cielo gitano
recibió la puñalada...

Sangre en verso derramada,
poesía dulce y roja
que toda la vega moja
en amargo desconsuelo
«sin paño de terciopelo
ni cáliz que la recoja».

(Por cielos de ceniza
se va el poeta;
la frente se le riza
como veleta.
Toda Granada
es una plazoleta
deshabitada)
«Por el olivar venían,
bronce y sueño, los gitanos».
En la palma de sus manos
como un niño lo traían...

Las mujeres se partían
los volantes de la enagua,
y el Darro bailaba el agua
en amargo soniquete
que sonaba a martinete
y a cante grande de fragua...
(¡Encended los faroles;
romped el velo;
bailar por "caracoles",
que viene el duelo!
¡Como una espada,
llevadlo, así, entre "oles"
por su Granada)
Dónde vas tú buen amigo
quédate aquí con nosotros;
están soltando los potros
junto a lo verde del trigo...

Están soñando contigo
borrachos de calentura,
los toritos de miura
sedientos de primavera
y hay una boca que espera
morderte labio y cintura...

(Desnúdate deprisa,
que vengo herido;
quédate con la risa
como vestido...
Quiero beberte
y que luego dormido
venga la muerte...)
«Rosa de los Camborios
gime sentada a la puerta»
medio viva y medio muerta
entre paños mortuorios.

A la luz de los velorios,
con pena de jazmín chico,
muestra sus pechos helados,
heridos y acuchillados
lo mismo que Federico.

(¡Que doble, bronce y plata,
la Vela, Vela,
que se ha muerto la nata
de la canela!
Mi bien amado
de limón y ciruela
va amortajado...)

«Hijo, ¡hijo con un cuchillito
que apenas cabe en la mano»,
de tu romance gitano
cortaron la flor del grito!

¡Ay, qué dolor infinito
de pedernal y de rosa;
voy y vengo como loca
sin que consolarme pueda
porque ni un hijo me queda
para llevarme a la boca!

(Aquel traje de pana
que se ponía...
Aquella faja grana
que se ceñía...
¡Tanto cuidarlo,
y una flor de canana
para matarlo!).
(¡A la nana, mi niño,
que es madrugada...!
¡A la nana, mi niño,
flor de Granada!
¡Si yo pudiera
quedarme embarazada
yo te pariera!)
«Antonio Torres Heredia
Camborio de dura crin»,
llora al filo de la media
noche por el Albaicín...

Suena la voz de un muecín
delgada como una fuente,
y por el aire de oriente baja,
una paloma alada,
para besarle la frente
al poeta de Granada...

(¿A dónde vas, amigo,
con tu secreto?
Te llevarás contigo
flor y soneto...
¡Cómo gemía, cómo gemía
dentro de su esqueleto
la poesía!)

Rafael de León titulado

Pour toi mon amour Jacques Prévert Je suis allé au marché aux oiseaux Et j'ai acheté des oiseaux Pour toi Mon amour Je suis allé au marché aux fleurs Et j'ai acheté des fleurs Pour toi Mon amour Je suis allé au marché à la ferraille Et j'ai acheté des chaines, de lourdes chaines Pour toi Mon amour Et puis, je suis allé au marché aux esclaves Et je t'ai cherchée Mais je ne t'ai pas trouvée Mon amour
éoline Il y a 7 ans

Pour toi mon amour
Jacques Prévert

Je suis allé au marché aux oiseaux
Et j'ai acheté des oiseaux
Pour toi
Mon amour

Je suis allé au marché aux fleurs
Et j'ai acheté des fleurs
Pour toi
Mon amour
Je suis allé au marché à la ferraille
Et j'ai acheté des chaines, de lourdes chaines
Pour toi
Mon amour

Et puis, je suis allé au marché aux esclaves
Et je t'ai cherchée
Mais je ne t'ai pas trouvée
Mon amour

[b]La Légende des Nornes. [/b] Leconte de Lisle Elles sont assises sur les racines du frêne Yggdrasill. PREMIÈRE NORNE. La neige, par flots lourds, avec lenteur, inonde, Du haut des cieux muets, la terre plate et ronde. Tels, sur nos yeux sans flamme et sur nos fronts courbés, Sans relâche, mes sœurs, les siècles sont tombés, Dès l’heure où le premier jaillissement des âges D’une écume glacée a lavé nos visages. À peine avions-nous vu, dans le brouillard vermeil, Monter, aux jours anciens, l’orbe d’or du soleil, Qu’il retombait au fond des ténèbres premières, Sans pouvoir réchauffer nos rigides paupières. Et, depuis, il n’est plus de trêve ni de paix : Le vent des steppes froids gèle nos pleurs épais, Et, sur ce cuivre dur, avec nos ongles blêmes, Nous gravons le destin de l’homme et des Dieux mêmes. Ô Nornes ! qu’ils sont loin, ces jours d’ombre couverts, Où, du vide fécond, s’épandit l’univers ! Qu’il est loin, le matin des temps intarissables, Où rien n’était encor, ni les eaux, ni les sables, Ni terre, ni rochers, ni la voûte du ciel, Rien qu’un gouffre béant, l’abîme originel ! Et les germes nageaient dans cette nuit profonde, Hormis nous, cependant, plus vieilles que le monde, Et le silence errait sur le vide dormant, Quand la rumeur vivante éclata brusquement. Du Nord, enveloppé d’un tourbillon de brume, Par bonds impétueux, quatre fleuves d’écume Tombèrent, rugissants, dans l’antre du milieu ; Les blocs lourds qui roulaient se fondirent au feu : Le sombre Ymer naquit de la flamme et du givre, Et les Géants, ses fils, commencèrent de vivre. Pervers, ils méditaient, dans leur songe envieux, D’entraver à jamais l’éclosion des Dieux ; Mais nul ne peut briser ta chaîne, ô destinée ! Et la Vache céleste en ce temps était née ! Blanche comme la neige, où, tiède, ruisselait De ses pis maternels la source de son lait, Elle trouva le Roi des Ases, frais et rose, Qui dormait, fleur divine aux vents du pôle éclose. Baigné d’un souffle doux et chaud, il s’éveilla ; L’Aurore primitive en son œil bleu brilla ; Il rit, et, soulevant ses lèvres altérées, But la Vie immortelle aux mamelles sacrées. Voici qu’il engendra les Ases bienheureux, Les purificateurs du chaos ténébreux, Beaux et pleins de vigueur, intelligents et justes. Ymer, dompté, mourut entre leurs mains augustes ; Et de son crâne immense ils formèrent les cieux, Les astres, des éclairs échappés de ses yeux, Les rochers, de ses os. Ses épaules charnues Furent la terre stable, et la houle des nues Sortit en tourbillons de son cerveau pesant. Et, comme l’univers roulait des flots de sang, Faisant jaillir, du fond de ses cavités noires, Une écume de pourpre au front des promontoires, Le déluge envahit l’étendue, et la mer Assiégea le troupeau hurlant des fils d’Ymer. Ils fuyaient, secouant leurs chevelures rudes, Escaladant les pics des hautes solitudes, Monstrueux, éperdus ; mais le sang paternel Croissait, gonflait ses flots fumants jusques au ciel ; Et voici qu’arrachés des suprêmes rivages, Ils s’engloutirent tous avec des cris sauvages. Puis ce rouge Océan s’enveloppa d’azur ; La Terre d’un seul bond reverdit dans l’air pur ; Le couple humain sortit de l’écorce du frêne, Et le soleil dora l’immensité sereine. Hélas ! mes sœurs, ce fut un rêve éblouissant. Voyez ! la neige tombe et va s’épaississant ; Et peut-être Yggdrasill, le frêne aux trois racines, Ne fait-il plus tourner les neuf sphères divines ! Je suis la vieille Urda, l’éternel Souvenir ; Mais le présent m’échappe autant que l’avenir. DEUXIÈME NORNE. Tombe, neige sans fin ! Enveloppe d’un voile Le rose éclair de l’aube et l’éclat de l’étoile ! Brouillards silencieux, ensevelissez-nous ! Ô vents glacés, par qui frissonnent nos genoux, Ainsi que des bouleaux vous secouez les branches, Sur nos fronts aux plis creux fouettez nos mèches blanches ! Neige, brouillards et vents, désert, cercle éternel, Je nage malgré vous dans la splendeur du ciel ! Par delà ce silence où nous sommes assises, Je me berce en esprit au vol joyeux des brises, Je m’enivre à souhait de l’arôme des fleurs, Et je m’endors, plongée en de molles chaleurs ! Urda, réjouis-toi ! l’œuvre des Dieux fut bonne. La gloire du soleil sur leur face rayonne, Comme au jour où tu vis le monde nouveau-né Du déluge sanglant sortir illuminé ; Et toujours Yggdrasill, à sa plus haute cime, Des neuf sphères du ciel porte le poids sublime. Ô Nornes ! Échappé du naufrage des siens, Vivant, mais enchaîné dans les antres anciens, Loki, le dernier fils d’Ymer, tordant sa bouche, S’agite et se consume en sa rage farouche ; Tandis que le Serpent, de ses nœuds convulsifs, Étreint, sans l’ébranler, la terre aux rocs massifs, Et que le loup Fenris, hérissant son échine, Hurle et pleure, les yeux flamboyants de famine. Le noir Surtur sommeille, immobile et dompté ; Et, des vers du tombeau vile postérité, Les Nains hideux, vêtus de rouges chevelures, Martèlent les métaux sur les enclumes dures ; Mais ils ne souillent plus l’air du ciel étoilé. Le mal, sous les neuf sceaux de l’abîme, est scellé, Mes sœurs ! La sombre Héla, comme un oiseau nocturne, Plane au-dessus du gouffre, aveugle et taciturne, Et les Ases, assis dans le palais d’Asgard, Embrassent l’univers immense d’un regard ! Modérateurs du monde et source d’harmonie, Ils répandent d’en haut la lumière bénie ; La joie est dans leur cœur : sur la tige des Dieux Une fleur a germé qui parfume les cieux ; Et voici qu’aux rayons d’une immuable aurore, Le Fruit sacré, désir des siècles, vient d’éclore ! Balder est né ! Je vois, à ses pieds innocents, Les Alfes lumineux faire onduler l’encens. Toute chose a doué de splendeur et de grâce Le plus beau, le meilleur d’une immortelle race : L’aube a de ses clartés tressé ses cheveux blonds, L’azur céleste rit à travers ses cils longs, Les astres attendris ont, comme une rosée, Versé des lueurs d’or sur sa joue irisée, Et les Dieux, à l’envi, déjà l’ont revêtu D’amour et d’équité, de force et de vertu, Afin que, grandissant et triomphant en elle, Il soit le bouclier de leur œuvre éternelle ! Nornes ! Je l’ai vu naître, et mon sort est rempli. Meure le souvenir au plus noir de l’oubli ! Tout est dit, tout est bien. Les siècles fatidiques Ont tenu jusqu’au bout leurs promesses antiques, Puisque le chœur du ciel et de l’humanité Autour de ce berceau vénérable a chanté ! TROISIÈME NORNE. Que ne puis-je dormir sans réveil et sans rêve, Tandis que cette aurore éclatante se lève ! Inaccessible et sourde aux voix de l’avenir, À vos côtés, mes sœurs, que ne puis-je dormir, Spectres aux cheveux blancs, aux prunelles glacées, Sous le suaire épais des neiges amassées ! Ô songe, ô désirs vains, inutiles souhaits ! Ceci ne sera point, maintenant ni jamais. Oui ! le Meilleur est né, plein de grâce et de charmes, Celui que l’univers baignera de ses larmes, Qui, de sa propre flamme aussitôt consumé, Doit vivre par l’amour et mourir d’être aimé ! Il grandit comme un frêne au milieu des pins sombres, Celui que le destin enserre de ses ombres, Le guide jeune et beau qui mène l’homme aux Dieux ! Hélas ! rien d’éternel ne fleurit sous les cieux, Il n’est rien d’immuable où palpite la vie ! La douleur fut domptée et non pas assouvie, Et la destruction a rongé sourdement Des temps laborieux le vaste monument. Vieille Urda, ton œil cave a vu l’essaim des choses Du vide primitif soudainement écloses, Jaillir, tourbillonner, emplir l’immensité... Tu le verras rentrer au gouffre illimité. Verdandi ! Ce concert de triomphe et de joie, L’orage le disperse et l’espace le noie ! Ô vous qui survivrez quand les cieux vermoulus S’en iront en poussière et qu’ils ne seront plus, Des siècles infinis Contemporaines mornes, Vieille Urda, Verdandi, lamentez-vous, ô Nornes ! Car voici que j’entends monter comme des flots Des cris de mort mêlés à de divins sanglots. Pleurez, lamentez-vous, Nornes désespérées ! Ils sont venus, les jours des épreuves sacrées, Les suprêmes soleils dont le ciel flamboiera, Le siècle d’épouvante où le Juste mourra. Sur le centre du monde inclinez votre oreille : Loki brise les sceaux ; le noir Surtur s’éveille ; Le Reptile assoupi se redresse en sifflant ; L’écume dans la gueule et le regard sanglant, Fenris flaire déjà sa proie irrévocable ; Comme un autre déluge, hélas ! plus implacable, Se rue au jour la race effrayante d’Ymer, L’impur troupeau des Nains qui martèlent le fer ! Asgard ! Asgard n’est plus qu’une ardente ruine ; Yggdrasill ébranlé ploie et se déracine ; Tels qu’une grêle d’or, au fond du ciel mouvant, Les astres flagellés tourbillonnent au vent, Se heurtent en éclats, tombent et disparaissent ; Veuves de leur pilier, les neuf Sphères s’affaissent ; Et dans l’océan noir, silencieux, fumant, La Terre avec horreur s’enfonce pesamment ! Voilà ce que j’ai vu par delà les années, Moi, Skulda, dont la main grave les destinées ; Et ma parole est vraie ! Et maintenant, ô Jours, Allez, accomplissez votre rapide cours ! Dans la joie ou les pleurs, montez, rumeurs suprêmes, Rires des Dieux heureux, chansons, soupirs, blasphèmes ! Ô souffles de la vie immense, ô bruits sacrés, Hâtez-vous : l’heure est proche où vous vous éteindrez !
Sémiramis Il y a 7 ans

La Légende des Nornes.
Leconte de Lisle


Elles sont assises sur les racines du frêne Yggdrasill.


PREMIÈRE NORNE.

La neige, par flots lourds, avec lenteur, inonde,
Du haut des cieux muets, la terre plate et ronde.
Tels, sur nos yeux sans flamme et sur nos fronts courbés,
Sans relâche, mes sœurs, les siècles sont tombés,
Dès l’heure où le premier jaillissement des âges
D’une écume glacée a lavé nos visages.
À peine avions-nous vu, dans le brouillard vermeil,
Monter, aux jours anciens, l’orbe d’or du soleil,
Qu’il retombait au fond des ténèbres premières,
Sans pouvoir réchauffer nos rigides paupières.
Et, depuis, il n’est plus de trêve ni de paix :
Le vent des steppes froids gèle nos pleurs épais,
Et, sur ce cuivre dur, avec nos ongles blêmes,
Nous gravons le destin de l’homme et des Dieux mêmes.

Ô Nornes ! qu’ils sont loin, ces jours d’ombre couverts,
Où, du vide fécond, s’épandit l’univers !
Qu’il est loin, le matin des temps intarissables,
Où rien n’était encor, ni les eaux, ni les sables,
Ni terre, ni rochers, ni la voûte du ciel,
Rien qu’un gouffre béant, l’abîme originel !
Et les germes nageaient dans cette nuit profonde,
Hormis nous, cependant, plus vieilles que le monde,
Et le silence errait sur le vide dormant,
Quand la rumeur vivante éclata brusquement.
Du Nord, enveloppé d’un tourbillon de brume,
Par bonds impétueux, quatre fleuves d’écume
Tombèrent, rugissants, dans l’antre du milieu ;
Les blocs lourds qui roulaient se fondirent au feu :
Le sombre Ymer naquit de la flamme et du givre,
Et les Géants, ses fils, commencèrent de vivre.
Pervers, ils méditaient, dans leur songe envieux,
D’entraver à jamais l’éclosion des Dieux ;
Mais nul ne peut briser ta chaîne, ô destinée !
Et la Vache céleste en ce temps était née !
Blanche comme la neige, où, tiède, ruisselait
De ses pis maternels la source de son lait,
Elle trouva le Roi des Ases, frais et rose,
Qui dormait, fleur divine aux vents du pôle éclose.
Baigné d’un souffle doux et chaud, il s’éveilla ;
L’Aurore primitive en son œil bleu brilla ;
Il rit, et, soulevant ses lèvres altérées,
But la Vie immortelle aux mamelles sacrées.
Voici qu’il engendra les Ases bienheureux,

Les purificateurs du chaos ténébreux,
Beaux et pleins de vigueur, intelligents et justes.
Ymer, dompté, mourut entre leurs mains augustes ;
Et de son crâne immense ils formèrent les cieux,
Les astres, des éclairs échappés de ses yeux,
Les rochers, de ses os. Ses épaules charnues
Furent la terre stable, et la houle des nues
Sortit en tourbillons de son cerveau pesant.
Et, comme l’univers roulait des flots de sang,
Faisant jaillir, du fond de ses cavités noires,
Une écume de pourpre au front des promontoires,
Le déluge envahit l’étendue, et la mer
Assiégea le troupeau hurlant des fils d’Ymer.
Ils fuyaient, secouant leurs chevelures rudes,
Escaladant les pics des hautes solitudes,
Monstrueux, éperdus ; mais le sang paternel
Croissait, gonflait ses flots fumants jusques au ciel ;
Et voici qu’arrachés des suprêmes rivages,
Ils s’engloutirent tous avec des cris sauvages.
Puis ce rouge Océan s’enveloppa d’azur ;
La Terre d’un seul bond reverdit dans l’air pur ;
Le couple humain sortit de l’écorce du frêne,
Et le soleil dora l’immensité sereine.
Hélas ! mes sœurs, ce fut un rêve éblouissant.
Voyez ! la neige tombe et va s’épaississant ;
Et peut-être Yggdrasill, le frêne aux trois racines,
Ne fait-il plus tourner les neuf sphères divines !
Je suis la vieille Urda, l’éternel Souvenir ;
Mais le présent m’échappe autant que l’avenir.


DEUXIÈME NORNE.

Tombe, neige sans fin ! Enveloppe d’un voile
Le rose éclair de l’aube et l’éclat de l’étoile !
Brouillards silencieux, ensevelissez-nous !
Ô vents glacés, par qui frissonnent nos genoux,
Ainsi que des bouleaux vous secouez les branches,
Sur nos fronts aux plis creux fouettez nos mèches blanches !
Neige, brouillards et vents, désert, cercle éternel,
Je nage malgré vous dans la splendeur du ciel !
Par delà ce silence où nous sommes assises,
Je me berce en esprit au vol joyeux des brises,
Je m’enivre à souhait de l’arôme des fleurs,
Et je m’endors, plongée en de molles chaleurs !
Urda, réjouis-toi ! l’œuvre des Dieux fut bonne.
La gloire du soleil sur leur face rayonne,
Comme au jour où tu vis le monde nouveau-né
Du déluge sanglant sortir illuminé ;
Et toujours Yggdrasill, à sa plus haute cime,
Des neuf sphères du ciel porte le poids sublime.
Ô Nornes ! Échappé du naufrage des siens,
Vivant, mais enchaîné dans les antres anciens,
Loki, le dernier fils d’Ymer, tordant sa bouche,
S’agite et se consume en sa rage farouche ;
Tandis que le Serpent, de ses nœuds convulsifs,
Étreint, sans l’ébranler, la terre aux rocs massifs,
Et que le loup Fenris, hérissant son échine,

Hurle et pleure, les yeux flamboyants de famine.
Le noir Surtur sommeille, immobile et dompté ;
Et, des vers du tombeau vile postérité,
Les Nains hideux, vêtus de rouges chevelures,
Martèlent les métaux sur les enclumes dures ;
Mais ils ne souillent plus l’air du ciel étoilé.
Le mal, sous les neuf sceaux de l’abîme, est scellé,
Mes sœurs ! La sombre Héla, comme un oiseau nocturne,
Plane au-dessus du gouffre, aveugle et taciturne,
Et les Ases, assis dans le palais d’Asgard,
Embrassent l’univers immense d’un regard !
Modérateurs du monde et source d’harmonie,
Ils répandent d’en haut la lumière bénie ;
La joie est dans leur cœur : sur la tige des Dieux
Une fleur a germé qui parfume les cieux ;
Et voici qu’aux rayons d’une immuable aurore,
Le Fruit sacré, désir des siècles, vient d’éclore !
Balder est né ! Je vois, à ses pieds innocents,
Les Alfes lumineux faire onduler l’encens.
Toute chose a doué de splendeur et de grâce
Le plus beau, le meilleur d’une immortelle race :
L’aube a de ses clartés tressé ses cheveux blonds,
L’azur céleste rit à travers ses cils longs,
Les astres attendris ont, comme une rosée,
Versé des lueurs d’or sur sa joue irisée,
Et les Dieux, à l’envi, déjà l’ont revêtu
D’amour et d’équité, de force et de vertu,
Afin que, grandissant et triomphant en elle,
Il soit le bouclier de leur œuvre éternelle !

Nornes ! Je l’ai vu naître, et mon sort est rempli.
Meure le souvenir au plus noir de l’oubli !
Tout est dit, tout est bien. Les siècles fatidiques
Ont tenu jusqu’au bout leurs promesses antiques,
Puisque le chœur du ciel et de l’humanité
Autour de ce berceau vénérable a chanté !


TROISIÈME NORNE.

Que ne puis-je dormir sans réveil et sans rêve,
Tandis que cette aurore éclatante se lève !
Inaccessible et sourde aux voix de l’avenir,
À vos côtés, mes sœurs, que ne puis-je dormir,
Spectres aux cheveux blancs, aux prunelles glacées,
Sous le suaire épais des neiges amassées !
Ô songe, ô désirs vains, inutiles souhaits !
Ceci ne sera point, maintenant ni jamais.
Oui ! le Meilleur est né, plein de grâce et de charmes,
Celui que l’univers baignera de ses larmes,
Qui, de sa propre flamme aussitôt consumé,
Doit vivre par l’amour et mourir d’être aimé !
Il grandit comme un frêne au milieu des pins sombres,
Celui que le destin enserre de ses ombres,
Le guide jeune et beau qui mène l’homme aux Dieux !
Hélas ! rien d’éternel ne fleurit sous les cieux,
Il n’est rien d’immuable où palpite la vie !
La douleur fut domptée et non pas assouvie,
Et la destruction a rongé sourdement

Des temps laborieux le vaste monument.
Vieille Urda, ton œil cave a vu l’essaim des choses
Du vide primitif soudainement écloses,
Jaillir, tourbillonner, emplir l’immensité...
Tu le verras rentrer au gouffre illimité.
Verdandi ! Ce concert de triomphe et de joie,
L’orage le disperse et l’espace le noie !
Ô vous qui survivrez quand les cieux vermoulus
S’en iront en poussière et qu’ils ne seront plus,
Des siècles infinis Contemporaines mornes,
Vieille Urda, Verdandi, lamentez-vous, ô Nornes !
Car voici que j’entends monter comme des flots
Des cris de mort mêlés à de divins sanglots.
Pleurez, lamentez-vous, Nornes désespérées !
Ils sont venus, les jours des épreuves sacrées,
Les suprêmes soleils dont le ciel flamboiera,
Le siècle d’épouvante où le Juste mourra.
Sur le centre du monde inclinez votre oreille :
Loki brise les sceaux ; le noir Surtur s’éveille ;
Le Reptile assoupi se redresse en sifflant ;
L’écume dans la gueule et le regard sanglant,
Fenris flaire déjà sa proie irrévocable ;
Comme un autre déluge, hélas ! plus implacable,
Se rue au jour la race effrayante d’Ymer,
L’impur troupeau des Nains qui martèlent le fer !
Asgard ! Asgard n’est plus qu’une ardente ruine ;
Yggdrasill ébranlé ploie et se déracine ;
Tels qu’une grêle d’or, au fond du ciel mouvant,
Les astres flagellés tourbillonnent au vent,

Se heurtent en éclats, tombent et disparaissent ;
Veuves de leur pilier, les neuf Sphères s’affaissent ;
Et dans l’océan noir, silencieux, fumant,
La Terre avec horreur s’enfonce pesamment !
Voilà ce que j’ai vu par delà les années,
Moi, Skulda, dont la main grave les destinées ;
Et ma parole est vraie ! Et maintenant, ô Jours,
Allez, accomplissez votre rapide cours !
Dans la joie ou les pleurs, montez, rumeurs suprêmes,
Rires des Dieux heureux, chansons, soupirs, blasphèmes !
Ô souffles de la vie immense, ô bruits sacrés,
Hâtez-vous : l’heure est proche où vous vous éteindrez !

Chanson du geôlier Où vas-tu beau geôlier Avec cette clé tachée de sang Je vais délivrer celle que j'aime S'il en est encore temps Et que j'ai enfermée Tendrement cruellement Au plus secret de mon désir Au plus profond de mon tourment Dans les mensonges de l'avenir Dans les bêtises des serments Je veux la délivrer Je veux qu'elle soit libre Et même de m'oublier Et même de s'en aller Et même de revenir Et encore de m'aimer Ou d'en aimer un autre Si un autre lui plaît Et si je reste seul Et elle en allée Je garderai seulement Je garderai toujours Dans mes deux mains en creux Jusqu'à la fin des jours La douceur de ses seins modelés par l'amour. Prévert
AnonymeIl y a 7 ans



Chanson du geôlier



Où vas-tu beau geôlier
Avec cette clé tachée de sang
Je vais délivrer celle que j'aime
S'il en est encore temps
Et que j'ai enfermée
Tendrement cruellement
Au plus secret de mon désir
Au plus profond de mon tourment
Dans les mensonges de l'avenir
Dans les bêtises des serments
Je veux la délivrer
Je veux qu'elle soit libre
Et même de m'oublier
Et même de s'en aller
Et même de revenir
Et encore de m'aimer
Ou d'en aimer un autre
Si un autre lui plaît
Et si je reste seul
Et elle en allée
Je garderai seulement
Je garderai toujours
Dans mes deux mains en creux
Jusqu'à la fin des jours
La douceur de ses seins modelés par l'amour.

Prévert

A Cassandre Mignonne, allons voir si la rose Qui ce matin avoit desclose Sa robe de pourpre au Soleil, A point perdu ceste vesprée Les plis de sa robe pourprée, Et son teint au vostre pareil. Las ! voyez comme en peu d'espace, Mignonne, elle a dessus la place Las ! las ses beautez laissé cheoir ! Ô vrayment marastre Nature, Puis qu'une telle fleur ne dure Que du matin jusques au soir ! Donc, si vous me croyez, mignonne, Tandis que vostre âge fleuronne En sa plus verte nouveauté, Cueillez, cueillez vostre jeunesse : Comme à ceste fleur la vieillesse Fera ternir vostre beauté. pour effacer comme je peux le caca de mes yeux, c'est pourtant si joli ce prénom
Eléa Il y a 7 ans

A Cassandre

Mignonne, allons voir si la rose
Qui ce matin avoit desclose
Sa robe de pourpre au Soleil,
A point perdu ceste vesprée
Les plis de sa robe pourprée,
Et son teint au vostre pareil.

Las ! voyez comme en peu d'espace,
Mignonne, elle a dessus la place
Las ! las ses beautez laissé cheoir !
Ô vrayment marastre Nature,
Puis qu'une telle fleur ne dure
Que du matin jusques au soir !

Donc, si vous me croyez, mignonne,
Tandis que vostre âge fleuronne
En sa plus verte nouveauté,
Cueillez, cueillez vostre jeunesse :
Comme à ceste fleur la vieillesse
Fera ternir vostre beauté.





pour effacer comme je peux le caca de mes yeux, c'est pourtant si joli ce prénom

Nous avons beau nous éloigner le paysage ne nous quitte pas Qu’il s’ouvre comme un livre d’heures à chaque levée matinale des arbres sur les talus nous le savons en nous lové si intérieur qu’il instille sa sève goutte à goutte dans notre sang jusqu’à se ramifier Et si marcher n’était qu’aller à sa rencontre pour mieux s’empayser des autres ? Et si écrire ou lire n’était que traverser sa vie comme on traverse un paysage, laisser à la neige des pages le soin de consteller le silence des marges, à ces mots simples le pouvoir de ralentir le cœur, le pouls de la pensée ? Désir D’accorder nos regards - seule harmonie qui nous requiert – à cette extase des lointains Là-bas tremble l’indécision tonale des lisières ou l’horizon se perd de vue pour être tout entier respiration des brumes Il n’y aurait que les étoiles à rêver tout haut en plein jour, et nous, veilleurs, debout entre l’âme et le monde, par quelle familière étrangeté nous n’aurions qu’à tendre la main pour accueillir l’instant du rossignol et qu’à nous élever jusqu’à hauteur d’enfance délestés de nous-mêmes en pauvres hères dans la clarté nue de nos prières. Gilles Baudry
AnonymeIl y a 7 ans


Nous avons beau nous éloigner
le paysage ne nous quitte pas

Qu’il s’ouvre comme un livre d’heures
à chaque levée matinale des arbres
sur les talus
nous le savons en nous lové
si intérieur
qu’il instille sa sève goutte à goutte
dans notre sang
jusqu’à se ramifier

Et si marcher n’était
qu’aller à sa rencontre
pour mieux s’empayser des autres ?

Et si écrire ou lire
n’était que traverser sa vie
comme on traverse un paysage,

laisser à la neige des pages
le soin de consteller
le silence des marges,

à ces mots simples le pouvoir
de ralentir le cœur,
le pouls de la pensée ?

Désir
D’accorder nos regards
- seule harmonie
qui nous requiert –
à cette extase des lointains

Là-bas
tremble l’indécision tonale des lisières
ou l’horizon se perd de vue
pour être tout entier
respiration des brumes

Il n’y aurait que les étoiles
à rêver tout haut en plein jour,
et nous, veilleurs,

debout entre l’âme et le monde,
par quelle familière étrangeté
nous n’aurions qu’à tendre la main
pour accueillir l’instant
du rossignol et qu’à nous élever
jusqu’à hauteur d’enfance

délestés de nous-mêmes
en pauvres hères dans la clarté nue
de nos prières.



Gilles Baudry

Las, où est maintenant ce mépris de Fortune ? Où est ce cœur vainqueur de toute adversité, Cet honnête désir de l’immortalité, Et cette honnête flamme au peuple non commune ? Où sont ces doux plaisirs qu’au soir sous la nuit brune Les Muses me donnaient, alors qu’en liberté Dessus le vert tapis d’un rivage écarté Je les menais danser aux rayons de la Lune ? Maintenant la Fortune est maîtresse de moi, Et mon cœur, qui soulait être maître de soi, Est serf de mille maux et regrets qui m’ennuient. De la postérité je n’ai plus de souci, Cette divine ardeur, je ne l’ai plus aussi, Et les Muses de moi, comme étranges, s’enfuient. Joachim <3 du Bellay, Les Regrets
idem Il y a 7 ans


Las, où est maintenant ce mépris de Fortune ?
Où est ce cœur vainqueur de toute adversité,
Cet honnête désir de l’immortalité,
Et cette honnête flamme au peuple non commune ?

Où sont ces doux plaisirs qu’au soir sous la nuit brune
Les Muses me donnaient, alors qu’en liberté
Dessus le vert tapis d’un rivage écarté
Je les menais danser aux rayons de la Lune ?

Maintenant la Fortune est maîtresse de moi,
Et mon cœur, qui soulait être maître de soi,
Est serf de mille maux et regrets qui m’ennuient.

De la postérité je n’ai plus de souci,
Cette divine ardeur, je ne l’ai plus aussi,
Et les Muses de moi, comme étranges, s’enfuient.

Joachim <3 du Bellay, Les Regrets

[b]Le Sacre de la femme[/b] [...] IV Ève offrait au ciel bleu la sainte nudité ; Ève blonde admirait l’aube, sa sœur vermeille. Chair de la femme ! argile idéale ! ô merveille ! Ô pénétration sublime de l’esprit Dans le limon que l’Être ineffable pétrit ! Matière où l’âme brille à travers son suaire ! Boue où l’on voit les doigts du divin statuaire ! Fange auguste appelant le baiser et le cœur, Si sainte, qu’on ne sait, tant l’amour est vainqueur, Tant l’âme est vers ce lit mystérieux poussée, Si cette volupté n’est pas une pensée, Et qu’on ne peut, à l’heure où les sens sont en feu, Étreindre la beauté sans croire embrasser Dieu ! Ève laissait errer ses yeux sur la nature. Et, sous les verts palmiers à la haute stature, Autour d’Ève, au-dessus de sa tête, l’œillet Semblait songer, le bleu lotus se recueillait, Le frais myosotis se souvenait ; les roses Cherchaient ses pieds avec leurs lèvres demi-closes ; Un souffle fraternel sortait du lys vermeil ; Comme si ce doux être eût été leur pareil, Comme si de ces fleurs, ayant toutes une âme, La plus belle s’était épanouie en femme. [...] [i]Victor Hugo[/i]
Sémiramis Il y a 7 ans

Le Sacre de la femme

[...]

IV

Ève offrait au ciel bleu la sainte nudité ;
Ève blonde admirait l’aube, sa sœur vermeille.


Chair de la femme ! argile idéale ! ô merveille !
Ô pénétration sublime de l’esprit
Dans le limon que l’Être ineffable pétrit !

Matière où l’âme brille à travers son suaire !
Boue où l’on voit les doigts du divin statuaire !
Fange auguste appelant le baiser et le cœur,
Si sainte, qu’on ne sait, tant l’amour est vainqueur,
Tant l’âme est vers ce lit mystérieux poussée,
Si cette volupté n’est pas une pensée,
Et qu’on ne peut, à l’heure où les sens sont en feu,
Étreindre la beauté sans croire embrasser Dieu !


Ève laissait errer ses yeux sur la nature.


Et, sous les verts palmiers à la haute stature,
Autour d’Ève, au-dessus de sa tête, l’œillet
Semblait songer, le bleu lotus se recueillait,
Le frais myosotis se souvenait ; les roses
Cherchaient ses pieds avec leurs lèvres demi-closes ;
Un souffle fraternel sortait du lys vermeil ;
Comme si ce doux être eût été leur pareil,
Comme si de ces fleurs, ayant toutes une âme,
La plus belle s’était épanouie en femme.

[...]

Victor Hugo

Sous le pont Mirabeau coule la Seine Et nos amours Faut-il qu'il m'en souvienne La joie venait toujours après la peine Vienne la nuit sonne l'heure Les jours s'en vont je demeure Les mains dans les mains restons face à face Tandis que sous Le pont de nos bras passe Des éternels regards l'onde si lasse Vienne la nuit sonne l'heure Les jours s'en vont je demeure L'amour s'en va comme cette eau courante L'amour s'en va Comme la vie est lente Et comme l'Espérance est violente Vienne la nuit sonne l'heure Les jours s'en vont je demeure Passent les jours et passent les semaines Ni temps passé Ni les amours reviennent Sous le pont Mirabeau coule la Seine Vienne la nuit sonne l'heure Les jours s'en vont je demeure Guillaume Apollinaire (1880 - 1918)
AnonymeIl y a 7 ans



Sous le pont Mirabeau coule la Seine
Et nos amours
Faut-il qu'il m'en souvienne
La joie venait toujours après la peine

Vienne la nuit sonne l'heure
Les jours s'en vont je demeure

Les mains dans les mains restons face à face
Tandis que sous
Le pont de nos bras passe
Des éternels regards l'onde si lasse

Vienne la nuit sonne l'heure
Les jours s'en vont je demeure

L'amour s'en va comme cette eau courante
L'amour s'en va
Comme la vie est lente
Et comme l'Espérance est violente

Vienne la nuit sonne l'heure
Les jours s'en vont je demeure

Passent les jours et passent les semaines
Ni temps passé
Ni les amours reviennent
Sous le pont Mirabeau coule la Seine

Vienne la nuit sonne l'heure
Les jours s'en vont je demeure



Guillaume Apollinaire (1880 - 1918)

Oui, l’œuvre sort plus belle D'une forme au travail Rebelle, Vers, marbre, onyx, émail. Point de contraintes fausses ! Mais que pour marcher droit Tu chausses, Muse, un cothurne étroit. Fi du rhythme commode, Comme un soulier trop grand, Du mode Que tout pied quitte et prend ! Statuaire, repousse L'argile que pétrit Le pouce Quand flotte ailleurs l'esprit : Lutte avec le carrare, Avec le paros dur Et rare, Gardiens du contour pur ; Emprunte à Syracuse Son bronze où fermement S'accuse Le trait fier et charmant ; D'une main délicate Poursuis dans un filon D'agate Le profil d'Apollon. Peintre, fuis l'aquarelle, Et fixe la couleur Trop frêle Au four de l'émailleur. Fais les sirènes bleues, Tordant de cent façons Leurs queues, Les monstres des blasons ; Dans son nimbe trilobe La Vierge et son Jésus, Le globe Avec la croix dessus. Tout passe. - L'art robuste Seul a l'éternité. Le buste Survit à la cité. Et la médaille austère Que trouve un laboureur Sous terre Révèle un empereur. Les dieux eux-mêmes meurent, Mais les vers souverains Demeurent Plus forts que les airains. Sculpte, lime, cisèle ; Que ton rêve flottant Se scelle Dans le bloc résistant ! L'art Théophile GAUTIER (1811-1872)
AnonymeIl y a 7 ans

Oui, l’œuvre sort plus belle
D'une forme au travail
Rebelle,
Vers, marbre, onyx, émail.

Point de contraintes fausses !
Mais que pour marcher droit
Tu chausses,
Muse, un cothurne étroit.

Fi du rhythme commode,
Comme un soulier trop grand,
Du mode
Que tout pied quitte et prend !

Statuaire, repousse
L'argile que pétrit
Le pouce
Quand flotte ailleurs l'esprit :

Lutte avec le carrare,
Avec le paros dur
Et rare,
Gardiens du contour pur ;

Emprunte à Syracuse
Son bronze où fermement
S'accuse
Le trait fier et charmant ;

D'une main délicate
Poursuis dans un filon
D'agate
Le profil d'Apollon.

Peintre, fuis l'aquarelle,
Et fixe la couleur
Trop frêle
Au four de l'émailleur.

Fais les sirènes bleues,
Tordant de cent façons
Leurs queues,
Les monstres des blasons ;

Dans son nimbe trilobe
La Vierge et son Jésus,
Le globe
Avec la croix dessus.

Tout passe. - L'art robuste
Seul a l'éternité.
Le buste
Survit à la cité.

Et la médaille austère
Que trouve un laboureur
Sous terre
Révèle un empereur.

Les dieux eux-mêmes meurent,
Mais les vers souverains
Demeurent
Plus forts que les airains.

Sculpte, lime, cisèle ;
Que ton rêve flottant
Se scelle
Dans le bloc résistant !

L'art

Théophile GAUTIER
(1811-1872)


En effet. Et je ne l'avais pas lu parce que le premier quatrain ne me plaisait pas...! c'est malheureux. J'aime ce qu'il dit du rythme, en particulier.
musashi Il y a 7 ans

En effet. Et je ne l'avais pas lu parce que le premier quatrain ne me plaisait pas...! c'est malheureux.
J'aime ce qu'il dit du rythme, en particulier.

Je veux ma maison bien ouverte, Bonne pour tous les miséreux. Je l'ouvrirai à tout venant Comme quelqu'un se souvenant D'avoir longtemps pâti dehors, Assailli de toutes les morts Refusé de toutes les portes Mordu de froid, rongé d'espoir Anéanti d'ennui vivace Exaspéré d'espoir tenace Toujours en quête de pardon Toujours en chasse de péché. Ma maison Hector de Saint-Denys Garneau (1912-1943)
AnonymeIl y a 7 ans


Je veux ma maison bien ouverte,
Bonne pour tous les miséreux.

Je l'ouvrirai à tout venant
Comme quelqu'un se souvenant
D'avoir longtemps pâti dehors,
Assailli de toutes les morts
Refusé de toutes les portes
Mordu de froid, rongé d'espoir

Anéanti d'ennui vivace
Exaspéré d'espoir tenace

Toujours en quête de pardon
Toujours en chasse de péché.

Ma maison

Hector de Saint-Denys Garneau
(1912-1943)

Had I the heavens' embroidered cloths, Enwrought with golden and silver light, The blue and the dim and the dark cloths Of night and light and the half-light, I would spread the cloths under your feet: But I, being poor, have only my dreams; I have spread my dreams under your feet; Tread softly because you tread on my dreams. William Butler Yeats - Cloths of heaven
Eléa Il y a 7 ans

Had I the heavens' embroidered cloths,
Enwrought with golden and silver light,
The blue and the dim and the dark cloths
Of night and light and the half-light,
I would spread the cloths under your feet:
But I, being poor, have only my dreams;
I have spread my dreams under your feet;
Tread softly because you tread on my dreams.

William Butler Yeats - Cloths of heaven

<3

and the Nobel prize for LITERATURE goes to Wiggle, wiggle, wiggle like a bowl of soup Wiggle, wiggle, wiggle like a rolling hoop Wiggle, wiggle, wiggle like a ton of lead Wiggle - you can raise the dead WIGGLE WIGGLE - Bob Dylan ?!?!?!!!!!!
Eléa Il y a 7 ans

and the Nobel prize for LITERATURE goes to

Wiggle, wiggle, wiggle like a bowl of soup
Wiggle, wiggle, wiggle like a rolling hoop
Wiggle, wiggle, wiggle like a ton of lead
Wiggle - you can raise the dead
WIGGLE WIGGLE -



Bob



Dylan


?!?!?!!!!!!

"...Les griffes promptes lacèrent nos chairs endolories, L’estuaire s’inonde de pourpre lancinant et meurtri, Dans les pubs Irlandais ou nous faisions asseoir la larme considérante, Du pâle malheur fiévreux de ces regards oisifs égarés de la pauvresse navrante. Ils pensent tous savoir mieux que le vent qui brasse la plaine, Ils pensent tous être meilleurs que le vieux chêne mourant dans sa peine, Mais ils n’ont que l’air du bon vin cachant mal le poison de son tanin, Je sais que l’enfer c’est les autres et le diable est un saint. Ce n’est ni bien ni mal, entre le triste, le manteau et la pluie, Je ne sais toujours sur quel pied danser dans le tourbillon fou des jours et des nuits, Faut-il s’aimer les yeux fermés et porter au sourire cinglant, les couteaux ? Faut-il exclure toute forme de romantisme et porter le visage dur du salaud ? L’image restera muette au coeur du glacier éternel, La lame feint bien d’être en son coeur, la bile sombre à son collier de perle, Et la fin de tout est réclamée par le tintement du clairon, Le son s’échappe dans le ciel dévêtu qui résonne la fin des saisons..." Petit extrait 1, Tristan.
Tristan.H Il y a 7 ans

"...Les griffes promptes lacèrent nos chairs endolories,
L’estuaire s’inonde de pourpre lancinant et meurtri,
Dans les pubs Irlandais ou nous faisions asseoir la larme considérante,
Du pâle malheur fiévreux de ces regards oisifs égarés de la pauvresse navrante.

Ils pensent tous savoir mieux que le vent qui brasse la plaine,
Ils pensent tous être meilleurs que le vieux chêne mourant dans sa peine,
Mais ils n’ont que l’air du bon vin cachant mal le poison de son tanin,
Je sais que l’enfer c’est les autres et le diable est un saint.

Ce n’est ni bien ni mal, entre le triste, le manteau et la pluie,
Je ne sais toujours sur quel pied danser dans le tourbillon fou des jours et des nuits,
Faut-il s’aimer les yeux fermés et porter au sourire cinglant, les couteaux ?
Faut-il exclure toute forme de romantisme et porter le visage dur du salaud ?

L’image restera muette au coeur du glacier éternel,
La lame feint bien d’être en son coeur, la bile sombre à son collier de perle,
Et la fin de tout est réclamée par le tintement du clairon,
Le son s’échappe dans le ciel dévêtu qui résonne la fin des saisons..."

Petit extrait 1, Tristan.

"...Mais pour un instant retombé dans l’enfance aux plaisirs sucrés, Traversant les herbacées toutes imprégnées de camélias et de jonquilles, Des flashs et des images reviennent sur des couleurs de cheveux blonds au champ de blé, Absent un moment de toute réalité, et dilatées peuvent alors être nos larges pupilles. A l’approche de l’hiver vainement nous tentons de prendre la fuite, Quand les ruisseaux ont tant coulé sur ces terres que l’âme n’est plus que le granite, Et à la vue de ce désastre à ne pas avoir vu l’épée sous la tête nous pleurons, Comme regarder la mort agir triste et fade sans motivation. L’arôme des Marguerites a perdu toute saveur, Dans les formes charnues de notre laid et doux malheur, Et ces lèvres âpres ont délavé leur couleur maquillée, Voilà donc ton vrai visage, triste à la pâleur ambrée. A se rappeler de ses printemps qui ne semblent jamais terminés, Je pleurerai encore et encore à l’approche frémissante de la fin, Les océans débordent dans le noir de tes pupilles qui ne font que chavirer, Le marin va mourir puisque lui et la mer ne font assurément jamais qu’un. Dans les yeux qui tanguent sous la mort de nos âmes alcoolisées, Sous le poison incandescent de nos ivresses la forêt s’embrase dans la nuit, Alors frappe vite avec ton couteau court qui a soif de plaisante gaieté, Dans mon cœur l’hémorragie accrochée à mon cou la mélancolie..." Petit extrait 2, Tristan. (On ressent plus l'influence :))
Tristan.H Il y a 7 ans

"...Mais pour un instant retombé dans l’enfance aux plaisirs sucrés,
Traversant les herbacées toutes imprégnées de camélias et de jonquilles,
Des flashs et des images reviennent sur des couleurs de cheveux blonds au champ de blé,
Absent un moment de toute réalité, et dilatées peuvent alors être nos larges pupilles.

A l’approche de l’hiver vainement nous tentons de prendre la fuite,
Quand les ruisseaux ont tant coulé sur ces terres que l’âme n’est plus que le granite,
Et à la vue de ce désastre à ne pas avoir vu l’épée sous la tête nous pleurons,
Comme regarder la mort agir triste et fade sans motivation.

L’arôme des Marguerites a perdu toute saveur,
Dans les formes charnues de notre laid et doux malheur,
Et ces lèvres âpres ont délavé leur couleur maquillée,
Voilà donc ton vrai visage, triste à la pâleur ambrée.

A se rappeler de ses printemps qui ne semblent jamais terminés,
Je pleurerai encore et encore à l’approche frémissante de la fin,
Les océans débordent dans le noir de tes pupilles qui ne font que chavirer,
Le marin va mourir puisque lui et la mer ne font assurément jamais qu’un.

Dans les yeux qui tanguent sous la mort de nos âmes alcoolisées,
Sous le poison incandescent de nos ivresses la forêt s’embrase dans la nuit,
Alors frappe vite avec ton couteau court qui a soif de plaisante gaieté,
Dans mon cœur l’hémorragie accrochée à mon cou la mélancolie..."

Petit extrait 2, Tristan. (On ressent plus l'influence )

extrait?extrait de quoi? Eloge de l’autre Celui qui marche d’un pas lent dans la rue de l’exil C’est toi C’est moi Regarde-le bien, ce n’est qu’un homme Qu’importe le temps, la ressemblance, le sourire au bout des larmes l’étranger a toujours un ciel froissé au fond des yeux Aucun arbre arraché Ne donne l’ombre qu’il faut Ni le fruit qu’on attend La solitude n’est pas un métier Ni un déjeuner sur l’herbe Une coquetterie de bohémiens Demander l’asile est une offense Une blessure avalée avec l’espoir qu’un jour On s’étonnera d’être heureux ici ou là-bas. Tahar Ben Jelloun Tanger 7 octobre 2007
Eléa Il y a 7 ans

extrait?extrait de quoi?

Eloge de l’autre

Celui qui marche d’un pas lent dans la rue de l’exil
C’est toi
C’est moi
Regarde-le bien, ce n’est qu’un homme
Qu’importe le temps, la ressemblance, le sourire au bout des larmes
l’étranger a toujours un ciel froissé au fond des yeux
Aucun arbre arraché
Ne donne l’ombre qu’il faut
Ni le fruit qu’on attend
La solitude n’est pas un métier
Ni un déjeuner sur l’herbe
Une coquetterie de bohémiens
Demander l’asile est une offense
Une blessure avalée avec l’espoir qu’un jour
On s’étonnera d’être heureux ici ou là-bas.

Tahar Ben Jelloun
Tanger 7 octobre 2007

Ben c'était juste deux poèmes que j'avais écrit, mais ils étaient trop longs donc voilà j'ai mis un petit passage :) ! Les titres n'ont pas vraiment d'importance. En passant, très joli texte de Tahar Ben Jelloun, Eléa ;) !
Tristan.H Il y a 7 ans

Ben c'était juste deux poèmes que j'avais écrit, mais ils étaient trop longs donc voilà j'ai mis un petit passage ! Les titres n'ont pas vraiment d'importance.

En passant, très joli texte de Tahar Ben Jelloun, Eléa !

et ben tant mieux si t'aimes :) et merci de partager tes mots à toi même s'ils sont "sous influence" :)
Eléa Il y a 7 ans

et ben tant mieux si t'aimes et merci de partager tes mots à toi même s'ils sont "sous influence"

It was many and many a year ago In a kingdom by the sea That a maiden there lived, whom you may know By the name of Annabel Lee And this maiden she lived with no other thought Than to love and be loved by me. I was a child and she was a child In this kingdom by the sea But we loved with a love that was more than love I and my Annabel Lee With a love that winged seraphs in Heaven Coveted her and me This was the reason that, long ago In this kingdom by the sea The winds blew out of a cloud, chilling My beautiful Annabel Lee So that her highborn kinsmen came And bore her away from me, To shut her up in a sepulchre In this kingdom by the sea The Angels, not half so happy in Heaven, Went envying her and me Yes! That was the reason (as all men know In this kingdom by the sea) That the wind came out of a cloud by night Chilling and killing my Annabel Lee. But our love, it was stronger by far than the love Of those who were older than we, Of many far wiser than we And neither the Angels in Heaven above Nor the demons down under the sea Can ever dissever my soul from the soul Of the beautiful Annabel Lee. For the moon never beams without bringing me dreams Of the beautiful Annabel Lee And the stars never rise, but I feel the bright eyes Of my beautiful Annabel Lee. And so, all the nighttide, I lie down by the side Of my darling! My darling, my life and my bride. In her sepulchre, there by the sea, In her tomb, by the side of the sea. Annabel Lee Edgar Allan Poe 1809 - 1849
AnonymeIl y a 7 ans



It was many and many a year ago
In a kingdom by the sea
That a maiden there lived, whom you may know
By the name of Annabel Lee
And this maiden she lived with no other thought
Than to love and be loved by me.
I was a child and she was a child
In this kingdom by the sea
But we loved with a love that was more than love
I and my Annabel Lee
With a love that winged seraphs in Heaven
Coveted her and me

This was the reason that, long ago
In this kingdom by the sea
The winds blew out of a cloud, chilling
My beautiful Annabel Lee
So that her highborn kinsmen came
And bore her away from me,
To shut her up in a sepulchre
In this kingdom by the sea

The Angels, not half so happy in Heaven,
Went envying her and me
Yes! That was the reason (as all men know
In this kingdom by the sea)
That the wind came out of a cloud by night
Chilling and killing my Annabel Lee.

But our love, it was stronger by far than the love
Of those who were older than we,
Of many far wiser than we
And neither the Angels in Heaven above
Nor the demons down under the sea
Can ever dissever my soul from the soul
Of the beautiful Annabel Lee.

For the moon never beams without bringing me dreams
Of the beautiful Annabel Lee
And the stars never rise, but I feel the bright eyes
Of my beautiful Annabel Lee.
And so, all the nighttide, I lie down by the side
Of my darling! My darling, my life and my bride.
In her sepulchre, there by the sea,
In her tomb, by the side of the sea.

Annabel Lee

Edgar Allan Poe
1809 - 1849

Sur mes cahiers d'écolier Sur mon pupitre et les arbres Sur le sable de neige J'écris ton nom Sur les pages lues Sur toutes les pages blanches Pierre sang papier ou cendre J'écris ton nom Sur les images dorées Sur les armes des guerriers Sur la couronne des rois J'écris ton nom Sur la jungle et le désert Sur les nids sur les genêts Sur l'écho de mon enfance J'écris ton nom Sur les merveilles des nuits Sur le pain blanc des journées Sur les saisons fiancées J'écris ton nom Sur tous mes chiffons d'azur Sur l'étang soleil moisi Sur le lac lune vivante J'écris ton nom Sur les champs sur l'horizon Sur les ailes des oiseaux Et sur le moulin des ombres J'écris ton nom Sur chaque bouffée d'aurore Sur la mer sur les bateaux Sur la montagne démente J'écris ton nom Sur la mousse des nuages Sur les sueurs de l'orage Sur la pluie épaisse et fade J'écris ton nom Sur les formes scintillantes Sur les cloches des couleurs Sur la vérité physique J'écris ton nom Sur les sentiers éveillés Sur les routes déployées Sur les places qui débordent J'écris ton nom Sur la lampe qui s'allume Sur la lampe qui s'éteint Sur mes maisons réunies J'écris ton nom Sur le fruit coupé en deux Du miroir et de ma chambre Sur mon lit coquille vide J'écris ton nom Sur mon chien gourmand et tendre Sur ses oreilles dressées Sur sa patte maladroite J'écris ton nom Sur le tremplin de ma porte Sur les objets familiers Sur le flot du feu béni J'écris ton nom Sur toute chair accordée Sur le front de mes amis Sur chaque main qui se tend J'écris ton nom Sur la vitre des surprises Sur les lèvres attendries Bien au-dessus du silence J'écris ton nom Sur mes refuges détruits Sur mes phares écroulés Sur les murs de mon ennui J'écris ton nom Sur l'absence sans désir Sur la solitude nue Sur les marches de la mort J'écris ton nom Sur la santé revenue Sur le risque disparu Sur l'espoir sans souvenir J'écris ton nom Et par le pouvoir d'un mot Je recommence ma vie Je suis né pour te connaître Pour te nommer Liberté. Paul Éluard ( 1895 - 1952 ) ( Ils n'ont rien compris du tout, vraiment, rien compris du tout. FB)
AnonymeIl y a 7 ans

Sur mes cahiers d'écolier
Sur mon pupitre et les arbres
Sur le sable de neige
J'écris ton nom

Sur les pages lues
Sur toutes les pages blanches
Pierre sang papier ou cendre
J'écris ton nom

Sur les images dorées
Sur les armes des guerriers
Sur la couronne des rois
J'écris ton nom

Sur la jungle et le désert
Sur les nids sur les genêts
Sur l'écho de mon enfance
J'écris ton nom

Sur les merveilles des nuits
Sur le pain blanc des journées
Sur les saisons fiancées
J'écris ton nom

Sur tous mes chiffons d'azur
Sur l'étang soleil moisi
Sur le lac lune vivante
J'écris ton nom

Sur les champs sur l'horizon
Sur les ailes des oiseaux
Et sur le moulin des ombres
J'écris ton nom

Sur chaque bouffée d'aurore
Sur la mer sur les bateaux
Sur la montagne démente
J'écris ton nom

Sur la mousse des nuages
Sur les sueurs de l'orage
Sur la pluie épaisse et fade
J'écris ton nom

Sur les formes scintillantes
Sur les cloches des couleurs
Sur la vérité physique
J'écris ton nom

Sur les sentiers éveillés
Sur les routes déployées
Sur les places qui débordent
J'écris ton nom

Sur la lampe qui s'allume
Sur la lampe qui s'éteint
Sur mes maisons réunies
J'écris ton nom

Sur le fruit coupé en deux
Du miroir et de ma chambre
Sur mon lit coquille vide
J'écris ton nom

Sur mon chien gourmand et tendre
Sur ses oreilles dressées
Sur sa patte maladroite
J'écris ton nom

Sur le tremplin de ma porte
Sur les objets familiers
Sur le flot du feu béni
J'écris ton nom

Sur toute chair accordée
Sur le front de mes amis
Sur chaque main qui se tend
J'écris ton nom

Sur la vitre des surprises
Sur les lèvres attendries
Bien au-dessus du silence
J'écris ton nom

Sur mes refuges détruits
Sur mes phares écroulés
Sur les murs de mon ennui
J'écris ton nom

Sur l'absence sans désir
Sur la solitude nue
Sur les marches de la mort
J'écris ton nom

Sur la santé revenue
Sur le risque disparu
Sur l'espoir sans souvenir
J'écris ton nom

Et par le pouvoir d'un mot
Je recommence ma vie
Je suis né pour te connaître
Pour te nommer

Liberté.

Paul Éluard
( 1895 - 1952 )


( Ils n'ont rien compris du tout, vraiment, rien compris du tout. FB)